Se que muchas veces me he desviado y he optado por la mala gastronomía. Pero por habilidad y suerte, siempre vuelvo al camino correcto.
Y nunca, pero nunca, tomé por el camino fácil. El camino para atrás.
Si tomaste la colectora que te lleva a la anti-gastronomía. Fuiste. Es muy difícil retomar. Casi imposible. Seguramente odias tu trabajo. No te capacitas, ni capacitas a tu personal. Estas personas casi siempre tienen personal a cargo. Son malas leches, vagos, sabelotodos, mediocres, huevones y resentidos. Y lo peor es que piensan que están haciendo un buen trabajo. Es por eso que la posibilidad de un cambio, para ellos, es nula.
La anti-gastronomía es la destrucción de la gastronomía. La destrucción de las personas.
¿Sobre quienes estoy escribiendo? Ustedes saben. Están ahí, latentes, dando vueltas infinitas en un mismo lugar.
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